Urge al país una revolución cultural que afirme la Ciudadanía Plena de las mujeres, y el establecimiento de mecanismos para su incorporación a la vida en todos sus aspectos, en igualdad de oportunidades, lo cual implica desmontar el sistema patriarcal que ha permitido la cultura sexista y la discriminación femenil, puntualizó Olga Sánchez Cordero, designada secretaria de Gobernación para el régimen de López Obrador.
Consideró que dicha revolución cultural a favor de la igualdad entre hombres y mujeres debe fomentarse de la educación infantil para sembrar nuevas maneras de pensar la relación entre mujeres y hombres.
Sánchez Cordero dio un mensaje en el Congreso del Estado donde la legislatura le rindió un homenaje a su trayectoria en el servicio público dentro de la celebración del reconocimiento del Derecho al Voto de las mujeres mexicanas.
Víctima del patriarcado
Expresó que las mujeres mexicanas han padecido el sistema patriarcal imperante en México y que es necesario quitar porque ha permitido, avalado y promovido la discriminación y la cultura sexista.
Dijo que la mujer mexicana encabeza las estadísticas de pobreza, marginación, analfabetismo, y como blanco de la violencia, imposiciones sobre su cuerpo y la obstaculización para su desarrollo.
La mujer requiere de contar con una ciudadanía plena para desarrollar sus capacidades de autodeterminación y de expresión con el propósito de gozar de servicios que le brinden seguridad en el acceso a servicios de seguridad, agua potable, toda vez que se dan casos de mujeres que se ven en la necesidad de perseguir pipas para conseguir agua, por ejemplo en Iztapalapa, señaló.
Así, Olga Sánchez Cordero dijo que requiere de organizarse para construir su agenda mediante la cual exprese sus necesidades y prioridades con el fin de que la sociedad y el gobierno construyan el andamiaje que sostenga las políticas públicas dirigidas a transformar a la sociedad mexicana en una colectividad de igualdad.
Por la Ciudadanía Plena
Alcanzar la ciudadanía plena da la posibilidad a las mujeres de asumirse dueñas de sí mismas y de la conciencia de su poder transformador, de autoestima, para superar el miedo que las silencia y en donde es necesario exigir mejores condiciones de vida personal y familiar.
Llama la atención cómo cambia el entorno cuando vamos afianzando ciudadanía, abundó Sánchez Cordero al advertir que los cambios estructurales no se materializarán si se excluye a las mujeres, toda vez que ellas asumen de manera distinta el ejercicio de sus derechos.
No nos perdemos en abstracciones, buscamos los beneficios tangibles y nos preocupamos por los otros, no nos quedamos en la individualidad, añadió.
En la cuarta transformación, las mujeres debemos cuestionarnos: dónde estamos colocadas, en qué lugar nos hallamos, exigir a ser escuchadas. Lamentablemente, en México hay mujeres que son más ciudadanas que otras, según el lugar donde habitan, con más o menos oportunidades de crecer.
Expresó que sí ha habido avances en el reconocimiento de los derechos a ejercer la ciudadanía y en el respeto, pero los grandes avances se darán en un gobierno abierto, democrático, que ha empujado el vertiginoso reconocimiento de los derechos, y en crear los marcos legales y las políticas públicas, programas y presupuestos para impulsar la ciudadanía plena de las mujeres.
Dicha ciudadanía implica no sólo la participación en las decisiones, sino en el ejercicio de una vida libre de violencia, fortalecimiento de los liderazgos y el empoderamiento. Participar y transformar la vida pública y privada con el ejercicio de todos los derechos.
Concluyó que no se debe dar ni un paso atrás en lo que se ha construido en el reconocimiento de los derechos de la mujer y el derecho a ejercerlos plenamente.
