Mientras numerosas voces en el Gobierno de EE.UU. presionan a Obama para que envíe armas a Ucrania, este no parece estar demasiado decidido. El mandatario norteamericano sabe que este movimiento “sería el fin del poder global de EE.UU.”, subraya el experto en asuntos internacionales Finian Cunningham.
La ayuda militar a Kiev puede asestar un duro golpe al imperio estadounidense. Es la conclusión del destacado experto irlandés en asuntos internacionales Finian Cunningham en un artículo publicado en Press TV.
“Alemania, Francia e incluso el aliado y perro faldero de EE.UU., el Reino Unido, se han mostrado contrarios al envío de más ‘hardware’ militar a Ucrania”, y ahora “el presidente de EE.UU. parece respaldar la opción diplomática que Merkel y Hollande han marcado desde el pasado fin de semana”, señaló el analista.
A su juicio, Obama “sabe que si promueve la opción militar, podría abrir una grieta fatal con los aliados europeos”. “Esa grieta socavaría el plan estadounidense de introducir una cuña divisoria entre Europa y Rusia y el objetivo principal de EE.UU. de contener a Rusia como potencia mundial”, expresó Cunningham.
Además, Obama sabe que, aparte del “riesgo de una ruptura dañina con Europa”, el envío de armas al régimen de Kiev “es una opción militar inútil”, apuntó el experto. “Subequipadas, mal entrenadas, desmoralizadas y sin líder, las fuerzas de Kiev desertan en masa a través de la frontera con Rusia”, explicó.
De acuerdo con el analista, “los reclutas saben que están siendo utilizados como carne de cañón en una guerra sin sentido en contra de sus compatriotas” que solo “beneficia a los oligarcas”.
Washington quiere entregar armas a “un régimen adulador de los nazis que está librando una guerra de terror contra su propio pueblo con bombas de racimo y bombas incendiarias de fósforo blanco”, advirtió Cunningham.
“Solo los estadounidenses imbéciles con el cerebro lavado pueden creerse que el aumento del flujo de armas a Ucrania no alimentará más la violencia, el derramamiento de sangre y la muerte”, lamentó el experto. Según Cunningham esta decisión podría incluso provocar una guerra con Rusia y “un colapso en la alianza atlántica entre EE.UU. y Europa, lo que pondría fin a la hegemonía de Washington”.
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