POLÍTICA Y GENTE

Pedro García
Por Pedro García
Cuánta razón tiene mi amigo José Manuel Huerta al establecer, en el contexto del actual proceso prelectoral, que: “La política es un campo de batalla muy especial donde los padrinos de los candidatos juegan sus barajas. Negociar es la mejor manera de estar vigentes en la política”.
Es decir, no es el aspirante, el adelantado, el natural, el popular, el técnico, el que por sí mismo consigue una candidatura, sino quienes echan las barajas, quienes patrocinan a los cuadros partidistas. El otro factor son las circunstancias, el “fondo” de todo, esto lo dice POLÍTICA Y GENTE.
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Candelario Maldonado, constructor de su propia circunstancia (“Yo soy yo y mi circunstancia”) busca diputación al Congreso del Estado. Priista hasta la médula, “Cande”, desde la minoritaria oposición en el Cabildo regiomontano dio mucha lata al PAN-Madero con todo y pastelazo.
Luego, en la “banca”, anduvo inquieto contra Margarita Arellanes impugnando el gasto corriente de la entonces alcaldesa de suerte que Candelario andaba con “diablito” en ristre cargando fotocopias de los movimientos de pagos de Margarita para tratar de agarrarla en curva.
A falta de motivos, Candelario derrochaba sus energías pegándole duro al costal en el gimnasio para fortalecer su “punch” en sus aspiraciones por llegar al Congreso, ya veremos cómo le va.
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A querer o no, el PRI le aventó al PAN un candidato de peso completo en la persona del ahora ex procurador Adrián de la Garza quien escogió un burel muy toreado por los panistas, es decir, la ciudad capital. Vamos a ver a De la Garza cómo se desenvuelve en los trajines que implica una campaña todo terreno para ganar las simpatías de la mayoría de los electores de Monterrey, sitio clave en la elección para la gubernatura.
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Por el lado del panismo, Dionisio Herrera Duque lucha contra el formidable obstáculo que le ha puesto el alcalde Víctor Pérez quien empuja a Héctor Castillo para sucederlo. Hay panistas que dicen a POLÍTICA Y GENTE que es censurable que se le estén poniendo piedras a Nicho en sus aspiraciones.
Es cuestión que el partido cumpla lo que pregona acerca de la democratización de los procesos y ponga una cancha pareja en la contienda interna y que gane el mejor, nos argumentan. En POLÍTICA Y GENTE sostenemos que, efectivamente, en todos los partidos debe haber piso parejo para todos los competidores.
Y Dionisio está seguro de sí mismo, según lo que expresó al lanzar sus aspiraciones: “Tuve mis fallas no soy perfecto, pero aquí me ves con la frente en alto, caminando tranquilo, vivo donde mismo, no me he cambiado de casa, toda mi historia es en Santa Catarina, termine mis tres años de alcalde, tengo mis conceptos bien definidos y dispuesto a enfrentar que la gente me va a exigir más”.
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Héctor Morales Rivera, un priista por los cuatro costados, consiguió su registro como precandidato a la alcaldía de Santa Catarina, una de sus ilusiones centrales en su ya prolongada carrera política y de servicio público.
Naturalmente que Héctor se ha echado a los hombros un reto mayor considerando el afianzamiento que tiene el PAN en Santa Catarina donde el partido albiceleste una vez llegó, vio y venció y ahí se ha mantenido.
No obstante, el panismo se ha desgastado en el ejercicio del poder a grado tal que en los trienios recientes se han producido las divisiones en el grupo político y sus personeros se han dado hasta con la cubeta (¿verdad, Gabriel?), pero a fin de cuentas serán los militantes azules quienes decidan al candidato para la elección constitucional, y ahí sí, agárrense porque el PRI está decidido a recuperar Santa. Sabrá Dios.
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En Apodaca se avizora, en la constitucional, un agarrón de pronóstico reservado porque allá es al revés volteado, en el sentido de que es el PAN el que quiere hacer historia destronando al PRI que tiene perfilado a Oscar Cantú, es decir, el amigo de…de…de…y ese es un factor nada despreciable.
Pero hete ahí que el panismo optó por uno de sus cuadros más aventados, aguerridos y panista hasta el hueso, como es Braulio Martínez quien es un hombre muy seguro de sí mismo y está determinado a señalar un hito en Apodaca.
A mayor abundamiento, entre los grupos de priístas que se quedaron frustrados con la marginación de sus gallos hay desazón y podría haber deserciones a la hora de votar en la constitucional, nos comenta gente de Apodaca; ahí sí nomás los que saben.
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