Aborda en novela antigua polémica sobre autenticidad de la Sábana Santa

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Gustavo Aguilera presentará en la Universidad de Monterrey su más reciente novela, “El secreto de Turín”, que aborda las investigaciones en torno al manto conocido como Santo Sudario, que envolvió el cuerpo de un hombre crucificado como el de Jesús de Nazaret, según las Escrituras

San Pedro Garza García, Nuevo León, 21 de enero 2015.- ¿Es la Sábana Santa, esa fina pieza de lino de exactamente 8 por 2 cubits, la antigua medida usada en Israel, la evidencia arqueológica más importante del cristianismo o el fraude mejor elaborado de los últimos dos mil años?

Desde el enfoque de la medicina forense, la palinología, la historia y la arqueología, el escritor Gustavo Aguilera analiza los resultados más actuales de las investigaciones sobre este lienzo funerario y los incorpora a un thriller que desvela intrigas e intereses ocultos, en su novela “El secreto de Turín”.

El libro, que es una edición independiente, se presentará en la Universidad de Monterrey, con la participación de monseñor Rogelio Cabrera López, arzobispo de Monterrey, el presbítero Ernesto María Caro; Luis Eugenio Espinosa, catedrático de la UDEM, y el propio autor, el próximo 11 de febrero, a las 20:30 horas, en el Teatro UDEM, justo una semana antes del inicio de la Cuaresma.

Además de la investigación bibliográfica, de la que gran parte se desarrolló en la Biblioteca de la UDEM, el novelista guanajuatense radicado en Monterrey realizó entrevistas y viajes por Jerusalén, Turín y Roma, a lo largo de 20 años para reunir las piezas de un rompecabezas científico que ha generado polémicas desde diversos frentes.

A partir de la historia de una joven estudiante, que se ve envuelta en una serie de pesquisas inquietantes sobre el Sudario de Turín, la novela examina los diferentes dictámenes a favor y en contra de la autenticidad de la pieza, entre ellos, el establecimiento de la reliquia como una pintura de un genio medieval y la prueba de carbono 14, realizado en 1988, que dató la mortaja en la Edad Media.

El manto de lino mide tres pies y siete pulgadas de ancho por 14 pies y tres pulgadas de largo, y lleva la imagen detallada del frente y la espalda de un hombre que fue crucificado de manera idéntica a Jesús de Nazaret, según describen las Escrituras.

Para descubrir la forma en que la imagen se grabó en la tela, se han realizado más de mil investigaciones de las más diversas especialidades y se le han tomado 32 mil fotografías.

“La última noticia que se supo es que es falsa y que data de la Edad Media, pero no se sabe toda la trama que hubo de manipulación muy fuerte de los laboratorios, que se saltaron muchos protocolos”, relató el escritor sobre la polémica internacional, “incluso, hay declaraciones del cardenal de Turín, antes de morir, de que la masonería estaba detrás de esas versiones”.

En otros planteamientos, se afirma que no mide igual la parte de adelante que la parte de atrás de la tela; además, hay un obispo francés que en el año 1400 habla de que él conoció a quien pintó la Sábana Santa, aunque después se supo que había algunas rencillas con los frailes que la custodiaban entonces.

Sin embargo, existen evidencias que apuntan a una tesis opuesta: por ejemplo, el polen extraído del Santo Sudario fue examinado por un criminólogo suizo, quien pudo determinar las zonas por las que recorrió el textil; incluso, encontró vestigios de plantas que derivaron en otras especies en la época actual, pero que originalmente existieron hace dos mil años y que se adhirieron a lo largo de su recorrido por las regiones de Palestina, Constantinopla, Atenas, el mediterráneo en Francia y Turín.

Otros de los indicios son la sangre humana hallada en los tejidos, tipo AB positivo, típica de Palestina; y la iconografía antigua, desde el año 400 en Edesa, al norte de Mesopotamia, que pinta la imagen de Jesús idéntica a la de la Sábana Santa.

“Más allá de que se haya conservado durante dos mil años, es inexplicable que haya sobrevivido a los incendios: hay uno documentado en 1532, se quemó la Capilla de Chambery, en Francia, donde la tenían custodiada dentro de un relicario de plata, que se fundió y una gota fundida atravesó la sábana.

“Científicos de la NASA no entendían cómo la plata se fundió y el lino de la tela y la imagen no fueron consumidas por el fuego”, expuso Aguilera.

El autor concluyó que la ciencia apunta a que es posible que el objeto arqueológico venga de hace dos mil años, el tejido tiene las normas hebreas de elaboración, el polen proviene de las regiones que recorrió, según la historia, y es comprobable también la costumbre de envolver los cadáveres en aquellas épocas.

La novela está narrada con el estilo descriptivo de un filme de suspenso, incluso, los capítulos están divididos por bloques con entradillas de situación escénica, como en un guion cinematográfico.

Aguilera mencionó que también recibió asesoría por parte catedráticos de la Universidad Europea de Roma y de investigadores especializados en el manto sagrado.

“Esta Sábana Santa nos interroga; es un desafío para la inteligencia: los científicos se acercan y terminan diciendo que no saben cómo se hizo, pero todo apunta a que es auténtica…”, sostuvo.

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