Caos en el Aeropuerto Internacional de Monterrey

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Las condiciones climatológicas de Monterrey perjudicaron entre jueves y viernes 123 vuelos que fueron desviados a aeropuertos alternos, se demoraron o fueron cancelados, en tanto más de mil viajeros mostraron malestar entre el caos que trastocó el aeropuerto internacional regiomontano.

El Grupo Aeroportuario del Centro Norte, OMA, informó que las operaciones en el Aeropuerto Internacional de Monterrey se vieron afectadas desde el jueves hasta la madrugada del viernes por las condiciones climatológicas adversas.

Este viernes, fue el día más crítico pues 29 vuelos registraron retraso, 24 fueron desviados y 22 cancelados, mientras que el jueves la totalidad de las afectaciones fueron 39 vuelos demorados, cinco desviados y cuatro cancelados.

Las condiciones de mal tiempo afectaron el jueves a 48 vuelos, y el viernes a 75, sin embargo, la empresa no reveló las pérdidas económicas, aunque hubo marcado malestar entre los viajeros que convirtieron en un caos el puerto aéreo.

Las operaciones de aterrizaje en el Aeropuerto de Monterrey fueron suspendidas de manera temporal la noche del jueves; mientras que durante la madrugada del viernes, las operaciones de llegadas y salidas fueron detenidas, siendo restablecidas hasta las 4:00.

En un comunicado enviado a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), la empresa informó que la infraestructura del Aeropuerto de Monterrey, en plataforma, pistas y centro de control, cuenta con la más alta tecnología que permite identificar cuando las condiciones son óptimas y seguras para operar.

Sin embargo, añade, Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam) es la autoridad responsable de proporcionar los servicios de ayuda a la navegación con seguridad en el espacio aéreo mexicano, y quienes en conjunto con las aerolíneas determinan en primera instancia la llegada y salida de las aeronaves.

En distintos horarios, desde la mañana del jueves y hasta la madrugada de este viernes, se presentó una alta densidad de niebla con una visibilidad registrada de sólo un cuarto de milla, lo que representó condiciones de inseguridad, principalmente para los pasajeros y la comunidad aeroportuaria.

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