Acude multitud a posada de la Asociación Vida en San Nicolás de los Garza

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*Amenizada por Grupo Vaquero

“¡Víctor Guerrero, Víctor Guerrero, Víctor Guerreroooooo!”…El Grupo (¡grupazo!) Vaquero improvisaba atinadamente la letra de su trancazo, su éxito “Soy el bolero”, rola de un ritmo cautivante mezcla de cumbia y mambo:
“…Soy el bolero, soy el bolero, soy el bolerooo/ que se divierte con lo que veo de las muchachas/”. Tun-tun-tun-tun-tun, las cajas marcaban el paso de las parejas: unas que no olvidan la melodía y otros que empiezan a conocer el sonido de Vaquero que sigue tan fresco como hace poco más de treinta años cuando aquéllos chavos regiomontanos irrumpieron fulgurantes en la farándula local, instalándose en el gusto de la muchachada. El Grupo Vaquero sonaba por todas partes.
Vaquero es un “clásico” de la música grupera, un referente obligado al tratar de narrar la historia de ese ritmo surgido al mundo del espectáculo en la ciudad de Monterrey y que se arraigó en todo el país en distintos matices y estilos.
El mujerío rugió con el preludio, con la obertura de ”Eres, un encanto”: porque yo siempre/ que te veo/ siento que las cosas/ son más bellas/ más hermosas/porque tú/ cuando me das tu amor/ es feliz mi corazón/.
El grupazo fue todo un tiro la noche del 10 de diciembre en el “Vaquero”, centro de espectáculos de la avenida Díaz de Berlanga, San Nicolás de los Garza donde Víctor Guerrero y su Asociación Vida regalaron una posada a miles de vecinos nicolaítas que ya identifican plenamente el lema: decir y sentir, San Nicolás es Mío.
Debe reconocerse en Víctor Guerrero el espectáculo que organizó con una presentación maratónica de agrupaciones musicales de música norteña, corridos regionales, señaladamente el corrido en honor al propio presidente de la ONG: “Víctor David es su nombre/ Guerrero su apelativo/”, en el que se da santo y seña de sus afanes por servir a la comunidad.
Llamativa, la actuación de otro grupo norteño con el sonido y voz casi idéntico a Los Humildes. Otros más también se lucieron para agrado de la multitud que llenó la pista y la duela. Los tamales podían esperar…
Víctor Guerrero atendiendo a sus invitados. Gozando de la música. Garduño ni se diga, gastó suela casi toda la noche. Luego los regalos a la gente. Todos complacidos con el agasajo, la cena y el baile.
“Eres un encanto” entusiasmó a los bailarines. No se diga otro exitazo, “Mi delito mayor”, luego “Chupando caña” y “El periódico de ayer”. La pura añoranza, pero añoranza alegre.
Y el remate…”Soy el bolero, soy el bolero, soy el boleroooo/ Víctor Guerrero, Víctor Guerrero, Víctor Guerreroooooooo…

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