Mucha de la información que la CIA proporcionó a los medios de comunicación sobre su programa de interrogación y detención fue inexacta, e impidió que se hiciera una buena supervisión sobre el tratamiento que recibían los detenidos
WASHINGTON, Estados Unidos, dic. 9, 2014.- Un vistazo a diez hallazgos clave que se desprenden del resumen ejecutivo recientemente dado a conocer por la Comisión de Inteligencia del Senado acerca del programa de detención e interrogación de la CIA:
– Durante los interrogatorios que se adelantaban a los detenidos se usaron técnicas como el ahogamiento simulado o privarlos del sueño y mantenerlos despiertos fueron ineficaces a la hora de conseguir información de inteligencia que permitiera hacer operativos en contra de los grupos terroristas o que pudieran prever ataques terroristas a Estados Unidos.
-Las condiciones de encarcelamiento de los terroristas y los interrogatorios a los que fueron sometidos resultaron más brutales de lo que los funcionarios de la CIA reconocieron al público y en las interacciones que tuvieron con el Congreso y la Casa Blanca. Una de las técnicas de asfixia simulada, que consistía en arrojar agua a una toalla amarrada a la cabeza de un detenido, fue “perjudicial a nivel físico”, y provocó vómitos y convulsiones en los detenidos. Uno de los ellos murió de frío en una prisión clandestina ubicada fuera de Estados Unidos.
-La administración de la CIA de estos interrogatorios así como de su sistema de prisiones clandestinas en países extranjeros fue “profundamente defectuosa”. El personal a cargo no fue entrenado debidamente, el personal médico que atendió a los detenidos fue entrenado para que ofrecieran malos tratos y los archivos del mismo fueron mal administrados.
-La implementación de estos interrogatorios se basó en un programa desarrollado por dos psicólogos que no tenían experiencia previa en técnicas de interrogación o en acciones antiterroristas. La CIA nunca llevó a cabo un análisis exhaustivo de la eficacia de éstos programas.
-La CIA trató de impedir o evitar que el Congreso supervisara de manera activa estos programas. Altos funcionarios de la CIA dieron información inexacta, de manera repetida, a líderes del Congreso y, en algún momento, dieron una cifra menor de los terroristas que fueron sometidos a estas técnicas durante los interrogatorios.
– A menudo, funcionarios de la CIA dieron información inexacta a la administración del expresidente George W. Bush y a sus asesores jurídicos, lo que impidió un adecuado análisis de las actividades que se realizaban en esas prisiones. Los asesores jurídicos de Bush se basaron en datos erróneos proveídos por la CIA al establecerlos como técnicas legítimas de interrogación y que incluyó el método del submarino (derramar agua en una toalla amarrada a la cabeza de un detenido) y otras nueve formas de interrogación adicionales.
– En ocasiones, quienes hacían los interrogatorios utilizaron técnicas que no eran tolerados por sus superiores en la CIA o por los asesores legales de la Casa Blanca. No obstante, quienes hicieron esos interrogatorios y los funcionarios de prisiones que violaron las políticas de la CIA raramente fueron objeto de un proceso disciplinario o fueron reprendidos.
-Mucha de la información que la CIA proporcionó a los medios de comunicación sobre su programa de interrogación y detención fue inexacta, e impidió que se hiciera una buena supervisión sobre el tratamiento que recibían los detenidos.
-La confianza de la CIA en este tipo de interrogatorios le complicó el trabajo que debían hacer otras instituciones federales en su función de salvaguardar la seguridad nacional. El FBI abandonó su papel tradicional en los interrogatorios que hacía la CIA y comenzó a confiar más en estos métodos que eran más agresivos. La CIA a menudo se resistió a los esfuerzos del Inspector General de la agencia para investigar los métodos que empleaban en sus interrogatorios así como las condiciones de las prisiones clandestinas.
-Los interrogatorios y las prisiones clandestinas de la CIA en el extranjero lesionaron la reputación de Estados Unidos en todo el mundo.