Tras el mensaje de Enrique Peña Nieto, el semanario The Economist criticó –en una editorial publicada el mismo jueves 27 de noviembre– que el presidente mexicano no reconoció ninguna responsabilidad por la crisis causada en el país tras la desaparición de 43 normalistas en Iguala, Guerrero, por lo que “podría haber perdido la oportunidad de cambiar el rumbo de la opinión pública”.
Después de dos meses de protestas para exigir la presentación con vida de los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, en las que incluso se ha pedido la renuncia de Peña Nieto, el mandatario dio un mensaje el jueves 27 de noviembre en el que anunció 10 medidas contra la inseguridad y para fortalecer el Estado de Derecho en México. Sin embargo, aunque “anunció varias iniciativas para combatir la corrupción y mejorar la transparencia, existen dudas generalizadas sobre qué tan efectivas serán”, indica el texto de The Economist.
La publicación británica cuestionó el hecho de que Peña no no haya “reconocido el estado de ánimo” de los mexicanos (por las protestas): “El presidente hizo a un lado la responsabilidad federal (…) Ahora corre el riesgo de seguir mirando fuera de la realidad, como ha venido haciendo desde que comenzó esta crisis”.
La desaparición de los normalistas ocurrió el 26 e septiembre pasado, luego de ser atacados y secuestrados por los policías municipales de Iguala que, ayudados por los de Cocula –un municipio cercano–, entregaron a los estudiantes a integrantes del grupo delictivo Guerreros Unidos. De acuerdo con la versión oficial, hay “indicios” de que los 43 jóvenes fueron asesinados e incinerados. Desde entonces, miles de personas en México y el mundo han protestado para exigir justicia en este caso.
La crisis de la administración de Peña Nieto se agravó luego de la publicación de un reportaje de Aristegui Noticias, que llevó a la esposa del presidente, Angélica Rivera, a reconocer que mandó construir una mansión en Lomas de Chapultepec –una exclusiva zona del DF– con una inmobiliaria propiedad de Grupo Higa, una empresa que formó parte del consorcio al que el gobierno mexicano entregó (y revocó días después) la licitación para construir el tren rápido México-Querétaro.
Al respecto, de acuerdo con The Economist, “la propia ética política de Peña Nieto ha sido cuestionada debido al escándalo causado por la intención de su esposa de comprar una casa con una inmobiliaria que ha obtenido numerosos contratos públicos. Eso hace que sea más difícil para él para él dar ejemplo”.
Fuente: www.animalpolitico.com