El reto para el gobierno mexicano de apagar el fuego de Ayotzinapa

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Al presentar su segundo informe de gobierno, el 1 de septiembre, el presidente Enrique Peña Nieto lucía optimista. “Un mejor país, un mejor México está en nosotros”, dijo. Ahora el escenario ha cambiado. Veinticinco días después de su mensaje, 43 estudiantes desaparecieron tras un ataque de la policía de Iguala, Guerrero.
Desde ese 26 de septiembre el movimiento para localizarlos con vida se extendió por casi todo el país, y provocó protestas en decenas de ciudades de Europa, Sudamérica y Estados Unidos.

En pocas semanas se diluyó la imagen positiva del presidente mexicano en espacios internacionales, y a nivel interno surgió una crisis de credibilidad, según especialistas.

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El vocero del Gobierno de México de México, Eduardo Sánchez, reconoce que el tema preocupa a Peña Nieto. “Es un enorme reto que tiene que ver con el estado de derecho”, dice en conversación con BBC Mundo.

“Tenemos que hacer una verdadera cruzada para respetar y fortalecer el régimen del estado de derecho… En eso estamos trabajando”.

Mansión presidencial

Pero restablecer la credibilidad del presidente no será fácil, le dice a BBC Mundo el analista en seguridad Alejandro Hope.

Es un enorme reto que tiene que ver con el estado de derecho: Eduardo Sánchez, vocero del Gobierno de México
Más que de imagen, la desaparición de los alumnos de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa se convirtió en problema de integridad pública de Peña Nieto, subraya.

El caso se combinó con la compra de una mansión de US$7 millones por parte de su esposa, Angélica Rivera, y el presunto conflicto de interés que representa.

Así, la mezcla de ambos temas hace más difícil al presidente encontrar una salida.

“Tiene que cerrar la crisis de credibilidad que ha venido acumulando desde el principio, bajarse de la nube y mostrarse más sensible”, subraya Hope.

Eso significa evitar controversias con familiares de los desaparecidos.

“No confrontar el reclamo sino apropiarlo. Eso le va a implicar cosas que no le gustan probablemente, como a buena parte de su gabinete”.

¿Momento mexicano?

La desaparición de estudiantes de Ayotzinapa subrayó que en México persiste un serio problema de violencia e inseguridad, que según especialistas no fue totalmente reconocido por las autoridades.

Policías federales custodian el aeropuerto de Ciudad de México. Foto: AFP/Getty
La violencia en México no cesa. Foto: AFP/Getty
Uno de los argumentos centrales en la campaña electoral de Peña Nieto fue la promesa de ordenar el país, y combatir de forma efectiva a la delincuencia.

El discurso principal del expresidente Felipe Calderón fue la guerra contra el narcotráfico. A partir de diciembre de 2012, cuando inició el período de Peña Nieto, el argumento cambió.

La economía fue el tema central, especialmente la reforma energética que se aprobó en 2013.

Algunos medios de Europa y Estados Unidos hablaron de un panorama promisorio para el país, definido en inglés como “Mexican Moment”, el Momento Mexicano.

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El caso Iguala cambió el escenario. “Ahora la imagen está dominada por la falta del estado de derecho. Hacer cosas desde el punto de vista económico no va a ayudar”, recuerda Hope.

Encrucijada

Mientras, el movimiento que demanda encontrar con vida a los estudiantes desaparecidos se extiende por más lugares.

En la última jornada llamada Acción Global por Ayotzinapa hubo protestas en 165 poblaciones de México y otros países.

Tiene que cerrar la crisis de credibilidad que ha venido acumulando desde el principio, bajarse de la nube y mostrarse más sensible: Alejandro Hope, analista en seguridad
Familiares de desaparecidos y normalistas han dicho que no creen en la versión de la Procuraduría (fiscalía) General de la República (PGR), que investiga el posible asesinato de los estudiantes por el cartel de narcotráfico Guerreros Unidos.

Es parte del reto para las autoridades mexicanas. De confirmarse que los restos incinerados que se localizaron en un río del municipio de Cocula, Guerrero, son de los estudiantes el conflicto puede agudizarse, dicen especialistas.

Pero si ocurre lo contrario el movimiento que les busca puede prolongarse por mucho tiempo.

Algunos dicen que el momento actual es la peor crisis política del gobierno en los últimos años, pero el vocero Eduardo Sánchez cree que es relativo.

“Las crisis que se van teniendo pueden ser calificadas como las más graves”, explica. “Nosotros estamos concentrados en que esta circunstancia no se vuelva a repetir”< Fuente:www.animalpolitico.com

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