PAHOA, HAWAI, 30 de octubre.- Pelé, la diosa hawaiana de los volcanes, se mueve lenta y persistentemente dejando tras de sí un rastro de lava por la Gran Isla de Hawai. Los habitantes de un pequeño pueblo que estaba en su camino dicen que el magma remodelará la comunidad yarda a yarda mientras sigue su lento camino al océano.
Ella es muy amable, pero imparable. Es lenta y constante”, dijo Jamila Dandini, una jubilada que paró en una cafetería junto a la carretera por donde, según prevén los científicos, podría cruzar la lava.
La lava que sale de un conducto del volcán Kilauea se ha estado dirigiendo hacia el noreste, de camino al océano, desde junio. El mes pasado, científicos dijeron que el río de magma estaba a dos semanas de alcanzar la principal carretera de Pahoa, una pequeña localidad de unos 950 residentes. La lava frenó su ritmo pero, en gran medida, ha seguido su curso.
A última hora del miércoles, estaba a unos 200 metros de distancia de la carretera Pueblo de Pahoa, dijeron funcionarios de defensa civil del condado de Hawai. Dijo que avanzaba a entre 4.5 y 9 metros por hora.
Este ritmo lánguido de la colada ha dado tiempo a los residentes para recoger sus pertenencias y evacuar la zona. Pero ha sido una agonía para los que se imaginaban que pudiese cambiar el ritmo y dirigirse hacia sus casas. Y un tiempo estresante para los que intentan averiguar cómo saldrán adelante una vez que la lava bloquee la única carretera de entrada y salida del pueblo.
Es como una tortura lenta. Acelera, se ralentiza”, dijo Paul Utes, propietario del Black Rock Cafe. “No es como cualquier otro acontecimiento que viene y va, se supera y puedes seguir adelante”.
El restaurant de Utes no está en la ruta prevista aunque se encuentra a sólo unos cientos de yardas al sur del lugar por donde la lava podría cruzar la carretera principal.
Pero le preocupa lo que pueda cambiar con esto. Incluso aunque la cafetería se salve, no sabe cómo se desviará el tráfico una vez la lava cruce el pueblo, cómo abastecerán su local los proveedores o qué hará el público — sus clientes.
Por el momento, el negocio está al alza porque más gente, tanto locales como turistas foráneos, han estado llegando al pueblo para echar un vistazo a la colada de roca fundida.
Algunos cambios impuestos por el río de lava ya están empezando a tener efecto.
El autobús del condado ya no pasa por la calle principal del pueblo, bordeada por edificios de madera de la época dorada de la localidad por sus negocios de madera y azúcar. Por ello Dandini tiene que caminar desde la parada del colectivo, en las afueras, al centro de su ciudad.
Una vez que la lava cruce y corte la vía, cortando de facto a Pahoa en dos, la mayoría de residentes no podrán acceder al único supermercado de la zona, a pesar de que está a solo una milla del centro de la ciudad.
La comunidad en su mayoría rural y agrícola de Puna, de la que Pahoa es el centro comercial, se verá más afectada incluso si la lava sigue todo el camino hacia el océano, a unos 9.6 kilómetros.
A Dandini le gustó la inminente idea de convertirse en “una isla en una isla” porque predijo que será una oportunidad para que la gente trabaje en conjunto para solucionar sus problemas.
Por el momento, la lava consumió un cobertizo de jardín, neumáticos y algunos materiales metálicos.
Docenas de casas, negocios y otras estructuras estaban en la zona del flujo de lava. Ese número podría incrementarse al ensancharse el frente de la colada.
Erbin Gamurot, de 48 años y operario de mantenimiento, señaló que Pelé, la diosa de los volcanes, sólo quiere visitar a su hermana Namakaokahai, la diosa del mar.
Tiene que ir a ver a su hermana. Tiene que decir hola. Ya sabes cómo es la familia. Todo está bien”, dijo Gamurot.
Fuente:Excelsior