Por Pedro García
La refinería de Cadereyta no desaparecerá por caprichos politiqueros y campañas electoreras, con el único fin de ganar simpatías y votos. Este es el único objetivo de recientes parlanchines que protestan contra la contaminación de la refinería, pero se transportan en automóviles que se activa con gasolina que produce la planta de PEMEX. Es decir, son la causa de lo mismo que culpan.
Sabrá dios cuántos asistieron a una reunión dizque para reducir la contaminación, lo cual es muy diferente a estar machacando, con desvergüenza, que cierren la refinería. La cuestión es que alcaldes, diputados y políticos, de muy mediano nivel, llegaron a bordo de sus vehículos arrojando contaminantes de la gasolina.
La refinería se va a cerrar cuando el promedio de los habitantes metropolitanos se bajen de sus autos y tomen el metro y camiones urbanos. Claro que faltan líneas de metro y camiones, pero ese es otro cantar y una responsabilidad mayor.
Pero no vengan con cuentos contra la Refi…Todos los que estuvieron en la reunioncita chafa, tienen más de dos autos en sus respectivas casas, ¿o no? Luego, diario, cuando salen a sus trabajos, estudios o vida social, salen de las casas de los políticos y funcionarios dos o más carros, emitiendo partículas de la gazofia de PEMEX. Entonces, bájense, protesten, y entonces sí, esta columna estará de acuerdo con su congruencia, la que ha faltado en todos cuantos protestan contra la refinería.
Yo estoy de acuerdo en que mañana se cierre la Refi, como lo proponen los politiqueros, nada más les advierto que luego no anden chillando y culpando al presidente López Obrador por la falta de gasolina. A ver en que se van, por aire, a la capital por la falta de turbosina.
Y alerto a los ciudadanos en edad de votar a que no se dejen engañar por tantos falsarios que traen la banderita contra la Refi..
Y vuelvo a recordar la grata sorpresa al ver a una gentil diputada local viajando en Metro: esos son amores, no buenas razones.