- Como parte de los programas de reinserción social, Agencia Administración Penitenciaria busca facilitar el acceso a diversas religiones.
Autoridades penitenciarias y religiosas dieron por inaugurada la primera iglesia católica “Capilla de San Pablo y San Maximiliano Koble” en el Centro de Reinserción Social número 2 Norte, para que las personas privadas de su libertad puedan practicar su religión.
Con mensajes de aliento y esperanza, Francisco Jiménez Gómez, Comisario General de la Agencia de Administración Penitenciaria, destacó la posibilidad que tienen los internos para superar obstáculos, recuperar sus vidas y reintegrarse con éxito a sus familias y a la sociedad.
“Los servicios espirituales es una dinámica que contribuye, desde luego, a la construcción de las personas, y cuando tiene sentido espiritual pues permite precisamente que personas se lleguen a reencontrar”, expresó.
La edificación de esta capilla, forma parte de los objetivos del Plan Estratégico de Operación y Reinserción Social para el Sistema Penitenciario del Estado (2022-2027), el cual considera la importancia del desarrollo y fomento de espiritualidad de los internos, elemento imprescindible del desarrollo humano.
Las Personas Privadas de la Libertad, cooperaron durante nueve meses con la construcción de la Iglesia San Pablo y Maximiliano Koble, la cual tiene una capacidad para 200 personas con bancas para cinco personas cada una.
Además, tendrán la facilidad de ser bautizados en este templo, al igual que sus hijos que quieran profesar la religión.
El Monseñor Rogelio Cabrera, Arzobispo de Monterrey, encabezó la entrega simbólica de las llaves de la capilla en cuyo evento también se llevó a cabo una misa consagrada.
“Gracias por este esfuerzo de quienes nos ayudaron a que esto fuera realidad. Y desde luego a las autoridades que nos permiten hacerlo. Porque podrían decirnos legalmente incluso que no se podía, pero gracias a dios son sensibles a esto que es fundamental”, expresó.
También las personas privadas de la libertad, sus familiares e invitados, recibieron la sagrada comunión.
Marcelo Hinojosa Galindo, de la Pastoral Penitenciaria, agradeció a las autoridades penitenciarias quienes los apoyaron en todo momento durante los trabajos de construcción.
“Quiero agradecer el gran apoyo, un apoyo incondicional del director que estuvieron siempre dispuestos para apoyarnos a resolver los inconvenientes que en muchas ocasiones se presentaron”, dijo
Previo al inicio de la eucaristía y al concluir, danzaron un grupo de matachines conformado por internos de este penal.
A la misa acudieron invitados especiales como asociaciones civiles, el Diácono Bernardo Fernández, Coordinador de Pastoral Penitenciaria en la Arquidiócesis; y el Padre Juan José Escamilla, Capellán de los Cereso No. 1 y No. 2 Norte.