POLÍTICA Y GENTE Por Pedro García

A querer o no, dadas las revelaciones recientes (debate), Andrés Manuel López Obrador (también tenés tu historia, che) está resultando raspado con motivo de contratos de obra otorgados sin licitación, las relaciones empresariales de un flanco familiar empresarial de Jiménez Spriú con la brasileña Odebrecht -tema desmentido por el eventual titular de SCT con AMLO-y la cuestión de los apoyos a damnificados de los sismos, puestos en sospecha por Meade,

López Obrador admitió su decisión en los contratos directos a sui amigo, el constructor Rioboó, pero no deja de impactarle los señalamientos del panista Anaya de que AMLO también tiene empresarios favoritos.

A días de la celebración de las elecciones, el 1 de julio, es probable que los mencionados temas, puestos en la agenda pública por Meade y Anaya, le van a ser restregados hasta cerca del “día D”.

En política electoral, hay la práctica de los partidos y candidatos de acusar, hasta con mentiras, que “al cabo algo queda de ganancia”…Esta postura no es despreciable en la lucha por el poder, menos cuando hay una buena porción de indecisos, señalados en todas las encuestas publicadas.

Entre tanto, vamos a ver cómo se perfilan las circunstancias en las próximas entregas de las casas encuestadoras.

Habrá que ver si dichos cuestionamientos contra AMLO se proyectan en su contra, si sus opositores sacan raja, si los indecisos toman alguna preferencia de una vez por todas y reflejan variantes en la tendencia del voto para la elección presidencial.

Por el momento, se mantiene un promedio de opiniones en los medios de que la elección está definida aunque se puntualiza que una variación contundente en el resultado sólo ocurriría si AMLO asumiera una actitud catastrófica.

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