El presidente Enrique Peña Nieto ha estado “esquivando” la toma de decisiones necesarias para enfrentar problemas recientes como el de los 43 estudiantes desaparecidos en Guerrero y los conflictos de interés con sus contratistas, consideró el semanario británico The Economist.
En la editorial El pantano mexicano que saldrá impresa este sábado, la publicación que en el pasado ha destacado las reformas de carácter económico impulsadas por Peña Nieto, destacó la necesidad de que el mandatario mexicano encare ambas problemáticas para recuperar fortaleza política.
“Los críticos del señor Peña creen que está esquivando la tarea más importante: castigar a los jefes políticos corruptos que son cómplices en el crimen organizado. Y el propio gobierno está manchado por el escándalo”, indicó The Economist en su texto.
El semanario considera que “tomará años, quizás décadas” que se cristalice la propuesta presidencial de eliminar las policías municipales, por lo que es prioritario tomar acciones de responsabilidad política en casos como el de los normalistas desaparecidos hace cuatro meses.
Pero también mencionó “la más reciente vergüenza” del gobierno mexicano: la compra de una casa en 2005 que hizo Peña Nieto a una constructora que ganó “una gran cantidad de contratos de su gobierno”, cuando él fue mandatario del Estado de México.
El caso se suma a la “revelación” de otra casa adquirida de forma similar por el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, que a su vez se liga a la compra de una residencia por la esposa del presidente que también fue adquirida a través del contratista Grupo Higa, dijo The Economist.
“Tanto el señor Peña como el señor Videgaray insisten en que no han hecho nada ilegal. No lo están entendiendo. En las democracias modernas, a cuyas filas México aspira ingresar, ese tipo de encubrimiento en el que parecen haber participado con Grupo Higa es visto como un comportamiento inaceptable”, dice la publicación.
Poniendo como ejemplo los escándalos de corrupción de Brasil con Petrobras, The Economist recomendó a México establecer una fiscalía independiente y un organismo de lucha contra la corrupción, y un segundo elemento para los problemas del país: “la responsabilidad política”.
“Nadie ha asumido la responsabilidad ni renunció por las fallas de seguridad, el contrato del tren poco fiable o los conflictos de intereses”.
Con una decaída confianza del electorado, Peña Nieto incluso podría obtener “recompensa política” de sus reformas en las elecciones del Congreso, pero también es probable que quien se beneficie del desencanto sea el líder izquierdista Andrés Manuel López Obrador, advierte el semanario.
Fuente: http://mexico.cnn.com/