POLÍTICA Y GENTE

Por Pedro García

Si bien el ex procurador Ernesto Canales hizo una desfasada denuncia contra el ex presidente Peña Nieto con el supuesto de haber protegido al ex gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina en la carpeta judicial integrada sobre el priista, el polémico abogado está en tiempo de hacer un servicio a la justicia compareciendo como testigo en la indagatoria que integra la Fiscalía General de la República a Medina.

Canales debió haber denunciado el abuso de Peña Nieto en tiempo y forma lo cual le habría redituado al gobierno de El Bronco amplias simpatías sociales y un mayor crédito político.

¿Por qué se abstuvo el ahora ex procurador de señalar la protección del entonces Presidente para Rodrigo Medina? ¿Por la cuestión de que se abriera una guerra política sobre el asunto jurídico?

Canales y El Bronco no debieron haber rehuido, si es que así fue, el choque toda vez que el gobernador hubiese tenido el respaldo popular de los nuevoleoneses y de las instituciones sociales y empresariales. El gobernador habría ganado la guerra.

Vale apuntar que, probablemente, el abogado Canales era el menos indicado para ejercer la acción penal contra Medina porque estaba (o está) involucrado en una querella judicial en su contra, pero eso no importaba, dada sus funciones como encargado de procurar justicia.

Pero bueno, de los males el menor: el ex procurador Canales debe solicitar o ser convocado (mediante cédula citatoria) para testificar en la Carpeta Federal derivada de una denuncia de la Unidad de Inteligencia Financiera a cargo de Santiago Nieto.

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El Presidente de la República asegura que su esquema de gobierno funciona, lo cual quedó demostrado en el primer año de la gestión denominada la Cuarta Transformación:

“Estamos seguros, absolutamente seguros de que nos va a ir bien este año. Ya quedó demostrado que funciona el esquema, la estrategia que estamos aplicando. En 2019 se avanzó mucho en definir una política económica en beneficio de la mayoría de los mexicanos.

Se aclaró que nos importa el crecimiento, pero más el desarrollo económico. Crecer es, como lo hemos dicho en otras ocasiones, crear riquezas; el desarrollo significa crear riquezas y distribuirlas. Nos importa mucho que haya progreso con bienestar, progreso con justicia.

Eso ya se ensayó y se acreditó, porque desde el año pasado se destinan muchos recursos al beneficio de la gente más necesitada de nuestro país. Por eso pienso que nos va a ir bien, porque ya se definieron las políticas fundamentales y ya se están aplicando con buenos resultados.

También se demostró que no hace falta aumentar impuestos, se demostró que no hace falta que haya gasolinazos, se demostró que no es necesario endeudar al país para financiar el presupuesto público.

El año pasado no hubo aumentos en los precios de las gasolinas, del diésel, del gas, de la luz en términos reales, este año tampoco van a haber aumentos; el año pasado no aumentó la deuda pública, este año tampoco va a aumentar la deuda pública.

Se demostró que es posible acabar con la corrupción, que la corrupción no es parte de la cultura del pueblo de México, como se pensaba de manera absurda y por conveniencia.

La corrupción no tiene que ver con el pueblo de México, tiene que ver fundamentalmente con el mal gobierno, con los políticos corruptos.

Si arriba no se permite la corrupción hay honestidad en el gobierno y el presupuesto rinde, alcanza para atender las necesidades de la gente.

Quedó demostrado también, que debe eliminarse el lujo en el gobierno, que tiene que haber un gobierno austero, sobrio, que el poder es humildad.

El poder no tiene que ver nada con prepotencia, con el autoritarismo, el poder sólo tiene sentido y se convierte en virtud cuando se pone al servicio de los demás; y el poder no está en los palacios, no está en las oficinas públicas, el poder está en el pueblo, en las plazas, en las calles, en las casas, donde vive la gente, el poder dimana de pueblo.”

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